Un padre del tango criollo

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Cuando las generaciones futuras hablen de los hombres de hoy, serán muy pocos los que quisieran sobrevivir para afrontar el juicio de la historia.- Pocos, … sí, y habría bastantes que se quedarían con las caras largas, desencantados del veredicto dado a cada uno ….- El tiempo se encarga de discernir virtudes y de poner a cada hombre en su lugar.- La mayoría vivimos engañados del propio valer, de ser posible haríamos aquel estupendo negocio de “comprar a los hombres por lo que valen y venderlos por lo que creen valer”.- Los grandes de verdad, tienen como patrimonio: la modestia, la humildad, no quieren aparentar nada y se sienten más cómodo con las pequeñas luces que Dios le ha dado para guiarse en este mundo, que estar entre los enceguecedores destellos de fotos en primera plana, los abrazos, los aplausos y no necesitan estar en la TV todos los días.-

Como este artículo refiere al Tango Argentino, por todo lo anterior pueden quedarse tranquilos algunos políticos, artistas, deportistas, periodistas, etc. etc.… ya que solo voy a referirme y nombrar a un grande de nuestro Tango, aunque si alguien cree que le cae a su medida “puede probarse el saco”, pero le pido se dé un baño de sinceridad primero y luego con humildad, recatadamente… y en forma paulatina puede ir quitando una a una las palabras que le “molesten” siempre y cuando “las mangas no le queden cortas”….

Ángel Gregorio Villoldo Arroyo nació en Bs.As. por 1864, si bien emerge un tiempo después de aparecer nuestra música ciudadana y fueron numerosos los contextos que se dieron en el nacimiento del tango, es tan grande su obra, es tan decisivo su aporte y su colaboración en la difusión, que logra por instantes, hacer olvidar la labor de los primeros y surgir solo, con caracteres propios, atrapando todo un pasado en su personalidad múltiple y admirable, por lo que puede decirse que la historia del tango podría comenzar con su nombre.- No en vano por los años treinta se lo llamaba el “papá del tango criollo”, porque nuestra música es hija de sus nobles sentimientos y vive en el recuerdo popular como un caso excepcional del cancionero.- Los años han realizado el prodigio de acentuar sus relieves, y ahora es fácil destacarlo sin ninguna dificultad entre lo que brillaron a principios del siglo XX, que es época de gestación de nuestro tango, período de afirmación a la que él contribuye con sus músicas, sus interpretaciones y sus letras.- Villoldo triunfa por igual en la sala de baile de ínfima categoría como en el aristocrático salón que empieza a abrir sus puertas al nuevo ritmo de esos años.- En 1903 triunfaba en el Café Tarana (ex Hansen) con su “¿Golpiá que te van a `brir” y “El esquinazo”.- Sus composiciones, ponen ante los ojos de una sociedad reacia, esquiva, casi impenetrable, argumentos líricos de una belleza excepcional que lentamente va conquistando todos los baluartes invulnerables, logrando horadar las murallas para que nuestro tango de los viejos arrabales llegara al asfalto de la gran ciudad.- Hace que el tango sea un timbre de honor que honra a nuestra nacionalidad, timbre que abre las puertas de Europa, que lo ingresa a todos los círculos de la alta sociedad.- La casa Gath y Chaves lo contrató en 1907 para grabar tangos en París, paseando su música y sus letras a través de grabadoras como la Odeón, Victor, Columbia y otras, por las grandes ciudades del viejo mundo, haciendo que se NOS conozca en el exterior MÁS por su obra que lo hecho por los diplomáticos de las embajadas argentinas de entonces.-

Le cabe el honor de iniciar los bailes de tangos con los encantos de su música en la cotizada “Villa Lumiére” de la capital de Francia,.- Sus tangos El Choclo y La Morocha, fueron los primeros que se bailaron.- Fue socio de la Sociedad de Autores y Compositores Franceses y ante la enorme difusión de sus temas, pasó a ser uno de los primeros en cobrar derechos de autor en París.- Y cuando volvió a Bs.As., fundó la Sociedad del Pequeño Derecho, precediendo a la hoy SADAIC.- El dolor lo acompañó en sus últimos años; la mujer que era su amor, enferma perdió la razón, cayendo Villoldo en una depresión sin salida.- El autor, cantor, ejecutante de guitarra, piano, violín, concertina y armónica, poeta, periodista, bailarín y maestro porteño murió una tarde gris de agosto de 1921, con unos pocos pesos en su bolsillo, tal como cuando había empezado a trabajar de “cuarteador” en la Barraca de Montes de Oca para costearse sus estudios musicales.- Poco tiempo después de su fallecimiento llegó a Bs.As., un cheque de la Sociedad de Autores Franceses por 10.000 francos, una fortuna para quien había muerto pobre, pero que ya había entrada a la inmortalidad, marcando el límite entre la luz y la sombra.(Hist.T-1936-H. y L. Bates)(p/Todotango vivió del 16-2-1861 al 14-10-1919).-

Con un abrazo milonguero, los saluda Alcides Ferrari.

Publicada el: 3 junio 2014, por:

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